Rosa Damascena

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Rosa Damascena

Se cree que esta variedad de rosa fue importada de Oriente Medio a Europa por los cruzados cuando traían mercancías exóticas: en un tratado fechado en 1551, se dice que "Damascena" indica el origen de la ciudad de Damasco. Solo hay dos lugares en el mundo donde el clima, el suelo y otros factores ecológicos han favorecido el desarrollo de esta rosa: el Valle de las Rosas en Kazanlik en Bulgaria y el Valle de Isparta en Turquía. En particular, el valle de Kazanlik es uno de los mayores productores de aceite de rosa damascena del mundo. De hecho, la zona produce alrededor del 70% de todo el aceite de rosas del mundo. La humedad del aire, la nubosidad y las lluvias de mayo y junio contribuyen a que en esta zona se obtengan rosas que contienen altos porcentajes de aceite.

Es un pequeño arbusto perteneciente a la familia de las rosáceas, de porte tupido que puede alcanzar una altura de hasta 150 cm con tallos espinosos que llevan pequeñas hojas redondeadas de color verde grisáceo. De mayo a julio produce flores rosadas con matices blancos que tienen exactamente 36 pétalos y son intensamente perfumadas. Las rosas cosechadas temprano en la mañana dan el mejor rendimiento en términos de cantidad y calidad de esencia. Las flores se desprenden justo debajo de la copa y se procesan inmediatamente para evitar la fermentación. El aceite esencial de rosa damascena se encuentra entre los más caros del mercado, esto se debe a un rendimiento muy bajo: ¡un capullo de rosa contiene solo alrededor del 0,02% de aceite esencial y se necesitan alrededor de 4 toneladas para extraer un kg de esencia de pétalos!

Desde el punto de vista de la aromaterapia, la rosa aporta armonía y bienestar y es un excelente antidepresivo. El uso de la esencia de rosas ayuda a alejar los pensamientos y estados de ánimo negativos relacionados con la ansiedad y la ira. Reduce el estrés psicofísico, incluso durante el embarazo, restableciendo el equilibrio. Además, si se masajea en el vientre femenino, calma los espasmos en caso de dolor menstrual. El aceite esencial de rosa damascena también se encuentra entre los ingredientes más preciados para la piel madura porque contrarresta eficazmente la producción de radicales libres y mantiene la piel tonificada y elástica durante más tiempo. Tiene propiedades calmantes y es un excelente agente anti-enrojecimiento de la piel, combate dermatitis, eccemas e infecciones cutáneas. También ejerce una acción astringente, muy útil para quienes tienen los poros dilatados. Durante el embarazo, la presencia de ácido oleico, ácido linoleico y licopeno lo hacen muy adecuado para su uso en la piel de la mama, vientre y piernas, previniendo las típicas estrías post-embarazo. También tiene propiedades curativas que ayudan a que las cicatrices y las marcas de forúnculos y acné sean menos visibles al estimular los procesos de curación de la piel. Durante la destilación se obtiene el hidrolato, es decir, agua de rosas destilada, excelente para ojos quemados, bolsas, ojeras, ojos cansados ​​y para la higiene íntima. Es excelente tanto para pieles inflamadas, quizás en presencia de acné, como para pieles más delicadas. Basta con vaporizarlo sobre la piel, incluso alrededor de los ojos, realizando un ligero masaje.

La empresa emiliana que nos suministra el hidrolato de rosa realiza la extracción mediante un método tecnológicamente avanzado basado en ultrasonido: es un método exclusivamente mecánico en el que todo el proceso de extracción se realiza a temperatura ambiente evitando así la desintegración de los principios activos termolábiles, como vitaminas o aceites esenciales. Durante el proceso, los ultrasonidos se transforman en ondas de choque que se esparcen en el tanque de contención formando millones de microburbujas que crecen hasta explotar. Este fenómeno permite la ruptura de la membrana celular, el vaciado de los principios activos contenidos en ella y la consiguiente solubilización en el medio disolvente: de esta forma se obtienen extracciones casi totales de todos los principios activos contenidos en las plantas, lo que no puede ocurrir con una extracción física. Se trata por tanto de un método de extracción capaz de mantener intactas las cualidades organolépticas y funcionales de las plantas, con el que se obtienen auténticas aguas destiladas y no simples aguas aromatizadas.