Ortiga

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La ortiga es una planta herbácea perenne de 0,5 a 1,5 metros de altura y perteneciente a la familia Urticaceae; extendida tanto en Oriente como en Occidente, es conocida por el poder irritante de los pelos que cubren sus hojas y tallos: su nombre parece derivar del latín urere que significa "quemar" en referencia a sus pelos punzantes.

La gran cantidad de principios activos conocidos, y otros aún no estudiados a fondo en su conjunto, hacen de la ortiga una de las plantas con mayor número de propiedades medicinales. Su contenido en hierro y vitamina C lo hacen especialmente recomendado para quienes padecen anemia, en forma de tisana. También tiene propiedades vasoconstrictoras (contrae los vasos sanguíneos) y hemostáticas (detiene el sangrado), por lo que se utiliza especialmente en casos de sangrado nasal y uterino. Gracias a la marcada acción diurética de las hojas de ortiga, también se ha aprobado oficialmente su uso en caso de infecciones urinarias y cálculos renales.

Para uso externo tiene un efecto emoliente, gracias a lo cual se utiliza en el tratamiento de la piel, especialmente en el caso de pieles grasas porque purifica y regenera la piel. Finalmente, gracias a su contenido en vitaminas C, A, K, magnesio, silicio y calcio, la ortiga también es un remedio fundamental para los problemas del cuero cabelludo: la ortiga reduce el exceso de sebo al reequilibrar el PH natural del cuero cabelludo y actúa como un importante apoyo para la acción limpiadora de los bulbos pilosos que ya no estarán bloqueados por la caspa o las células muertas.

La empresa emiliana que nos suministra la ortiga realiza la extracción mediante un método tecnológicamente avanzado basado en ultrasonidos: se trata de un método exclusivamente mecánico en el que todo el proceso de extracción se realiza a temperatura ambiente evitando así la disgregación de los principios activos termolábiles, como como vitaminas o aceites esenciales. Durante el proceso, los ultrasonidos se transforman en ondas de choque que se esparcen en el tanque de contención formando millones de microburbujas que crecen hasta explotar. Este fenómeno permite la ruptura de la membrana celular, el vaciado de los principios activos contenidos en ella y la consiguiente solubilización en el medio disolvente: de esta forma se obtienen extracciones casi totales de todos los principios activos contenidos en las plantas, lo que no puede ocurrir con una extracción física. Se trata por tanto de un método de extracción capaz de mantener intactas las cualidades organolépticas y funcionales de las plantas, con el que se obtienen auténticas aguas destiladas y no simples aguas aromatizadas.