Moringa

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La moringa, también conocida como el "árbol milagroso", es una planta perteneciente a la familia Moringaceae. Es originaria de las zonas himalayas de la India y su mayor difusión concierne a las zonas tropicales y ecuatoriales del planeta. Puede alcanzar los 10 metros de altura y se caracteriza por flores blancas y hojas verde esmeralda. El fruto es similar a una vaina que, al madurar, se abre en tres aletas liberando las semillas, donde se encuentra la almendra, muy rica en aceite.

El aceite de moringa es muy apreciado por la industria cosmética porque, además de ser muy rico en principios activos, también es muy ligero: por este motivo, las cremas que lo contienen se extienden fácilmente sin resultar nada pegajosas. Es rico en numerosas sustancias proteicas como el ácido palmitoleico, oleico y linoleico, vitaminas A y C y su sabor dulce es perfectamente adecuado para la nutrición humana. Este aceite tiene la capacidad de mejorar la elasticidad de la piel. Las preciosas sustancias que contiene ayudan a inhibir la actividad de los radicales libres que causan las arrugas, la piel seca o escamosa. Gracias a sus propiedades terapéuticas antibacterianas y antiinflamatorias, puede ayudar a curar cortes menores, hematomas, picaduras de insectos, quemaduras o erupciones más rápido. El aceite de moringa también tiene un efecto desodorante, es decir, neutraliza los olores. Por lo tanto, también se usa para hacer jabones y otros productos para el cuidado personal. A nivel del cuero cabelludo es capaz de ayudar a contrarrestar el desarrollo de la caspa fortaleciendo las células del cuero cabelludo. En particular, el aceite fortalece el tallo del cabello y lo protege de los agentes externos. Su capacidad para mejorar la microcirculación sanguínea lo convierte en un aliado contra la caída del cabello, especialmente la provocada por el estrés y la falta de vitaminas y minerales. Para aquellos con cabello seco, este aceite rico en vitamina E es excelente para hidratar y dar un efecto más fuerte y vibrante al cabello.

El extracto de moringa está presente en cremas faciales que se extienden fácilmente sin ser pegajosas, ayuda a mejorar la suavidad y elasticidad de la piel gracias a sus propiedades nutritivas, los antioxidantes y las sustancias presentes ayudan a frenar la actividad de los radicales libres.